martes, 23 de agosto de 2011

Una tarde de gloria

nota: como saben a veces pongo narraciones también y bueno esta me gusta y la comparto con ustedes. (más vale que pongan que les gusta :P)


Una tarde como la de hoy pero hace ocho años atrás, el cuadro de mis amores, el mítico “Tito Borjas”  quedó en los anales de la historia de San José cuando después de una ausencia de cincuenta años en una final de la liga del interior, finalmente clasificó y llegó al partido que definía la copa.
Era domingo, cuatro de la tarde, todo el día había estado nublado y húmedo, temíamos que la lluvia pudiera posponer el tan ansiado match que tanto habíamos esperado. Semanas anteriores habíamos estado jugando partidos clasificatorios y todo se venía dando de manera tranquila y armónica como para ganar el lugar en la final.
Mi tío Beto, ex jugador juvenil de la época de oro del Borjas me había prometido prestarme la camiseta del ´55 que el usaba para que la usara en la final, creo que pensando que otra vez más no iba a haber la más remota chance. Para mi alegría y la suya esa misma mañana pasó por casa a dejarme la camiseta ya estábamos en la final, era una pieza de museo. Prometí usarla durante el partido como había pactado. Se despidió melancólico al dejar su pedacito de historia y se fue.
El duelo iba a desarrollarse en el emblemático estadio Doctor Casto Martínez Laguarda, había filas eternas en las boleterías, una para cada parcialidad que a su vez estaban en extremos opuestos de la cancha misma, por lo cual ningún hincha contrario podía estar en el lugar incorrecto, ni siquiera por error. Nuestro lado del estadio era el más cercano a mi casa, mirando al barrio de modo de ofrenda después de tanta espera y tanta fe que estaba siendo reconocida en lo que esperábamos fuera una caricia al alma del hincha, el tan sufrido hincha.
Me vendió la entrada un directivo del club,  al irme  nuestras miradas se cruzaron en un saludo semejante al de los cowboys antes de un duelo.
Ya tenía el pasaje a ver un hecho épico: FINAL:  C.A TITO BORJAS  vs.  I.A RIO NEGRO
El cielo parecía estar hecho de piedra, la tensión entre las parcialidades sumado a la humedad que antecede a la lluvia hacían dificultoso el respirar.
Al entrar me encontré con amigos y conocidos del club que al verme me hicieron señas de que tenía un lugar a su lado.
El primer tiempo fue una batalla de gladiadores borjenses contra cebritas, iban pelotas y venían cánticos de aliento.
La lluvia empezó a caer, de manera tímida al principio y copiosamente minutos más tarde.
Gol!, de Río Negro, no podía ser pero bueno es el primer tiempo, todavía hay mucho por hacer.
Gol!, de Tito Borjas, ése es mi cuadro.
Empate al terminar la primera mitad del encuentro.
Durante el entretiempo nos relajamos un poco, tratamos de ponernos al resguardo y  hablamos de lo bien que habían jugado y la buena campaña previa, sin dejar de agredir de manera vocal y melódica a la parcialidad contraria, algo tan disfrutable y necesario en este tipo de eventos. Creo que en el momento aprendí unas diez canciones por las que cualquier liga de igualdad sexual habría hecho un escándalo, pero que felicidad gritar con voz en cuello esas atrocidades con toda la barra (jeje).
Comienza el segundo tiempo, cambiamos de cancha, sigue muy reñida la cosa, la pelota no gira bien por  la lluvia, los jugadores se resbalan, amenaza una incipiente tormenta eléctrica. En un momento silba el juez, ¿qué estaba pasando?
Aparentemente se suspende el partido por la tormenta eléctrica, ante abucheos y gritos se van retirando los jugadores. Toda la tribuna se acercó a las boleterías a ver qué iba a pasar, si había alguna información en la radio que explicara cuál era la decisión de los arbitros.
La información oficial decía que en caso de continuar la lluvia y tormenta eléctrica en los siguientes veinte minutos se disputaría el segundo tiempo el próximo domingo.
Nadie quería eso, esa era nuestra fecha, nuestra cita con la historia, la oportunidad de vencer a Goliat, no queríamos posponer nada.
De pronto como una visión, un débil rayo de sol se coló entre las nubes y lo que había sido una tormenta cerrada parecía estar amainando.
Ambas parcialidades en una tregua aplaudieron al unísono mientras salía el juez junto con los jugadores.
Se reanudaba el partido. Segundo tiempo, muy parejo.
Gol! Del Tito, ya estaba todo dicho. Unos diez minutos después: Gol! De Río Negro.
Quedaban pocos minutos para el final, alargue de cinco minutos incluidos. No sirve un empate, es una final, es matar o morir.
Agónico final sin goles extras. Empate, que debía ser definido por penales.
Había mucha tensión y nervios, hacía cincuenta años desde la última vez que el Tito tuvo la chance de pelear por la copa, mucha responsabilidad e ilusión depositada en un solo partido.
Pasó el tiempo de espera antes de los penales, ya estaban elegidos los jugadores. Todo preparado.
Nosotros, la hinchada, terminamos colgados en el alambrado que nos separaba de la cancha a la vez que seguían los canticos y algún que otro oprobio.
Era como estar en una especie de trance, ahí viendo como se definía algo tan trivial y a la vez  emocionante, con la camiseta del tío, empapada por la lluvia que todos habíamos soportado con tal de seguir alentando al equipo y tiritando de frío.
Comienzan al fin los disparos, el primer penal fue convertido por Tito Borjas, explotó el alambrado. El segundo penal es convertido por Río Negro, no importa gritamos a coro, entre otras cosas y sigue el disparo del Borjas y es un gol. Cuarto disparo le corresponde  a los cebritas, toma distancia,  mide el ángulo se prepara, lanza y…… ATAJA nuestro golero. El segundo previo a la salvada del golero nadie respiró y al verlo con la pelota en sus brazos la alegría fue incontenible. ERAMOS CAMPEONES DEL INTERIOR, sí a pesar de los pronósticos las críticas y de la historia. En ese momento el Tito volvió a ser lo que nunca dejo de ser, en mi corazón, UN CAMPEÓN.


1 comentario:

  1. Wow! Excelente relato!, Felicitaciones, hay que destacar tu poder de simbolizar, tu poder de captar palabras emocionantes, atrapantes, para algo que no tiene sentido, eso es un DON!, lo comento, por que conozco los cuadros de mierda, conozco el lugar de mierda, la gente de mierda, etc, y no daría 0,50 centavos de pesos uruguayos (que es uno de los mas devaluados). Me pregunto cuán gloriosa tarde puede ser ver a esos dos cuadros, y realmente me viene el suicidio a mi mente, pero bueno! he ahí un hecho destacable, y una azaña verdaderamente subjetiva y ALTAMENTE SIMBÓLICA, como ser un "CHAMPION". Mi aporte, ante tan largo relato para comentar que gano Tito Borjás.

    ResponderEliminar