viernes, 20 de mayo de 2011

La fila de Buquebus, por qué y para qué

Esto es como preguntar de quién era el postre que encontraste en la heladera de tu casa después de que te lo comiste, totalmente al pedo.
Siempre me hago la misma pregunta cuando saco pasaje en Buquebus y hasta ahora nadie tiene una respuesta coherente.
Varias veces viaje en Cacciola (si ríanse no me importa jamás me paso nada pese a todos los comentarios desfavorables al respecto) y nunca tuve que hacer cola, simplemente a la hora que sale el bus voy a la plataforma que indica la pantalla y listo, ya está sin filas ni esperas estando parada casi al otro extremo de la terminal.
En reiteradas ocasiones me he preguntado: ?Acaso con hacer esa cola kilométrica voy a tener un mejor lugar en el bus?
Respuesta: NO
?Quizá a los que llegan primero le dan un Don Perignon?
NO
?Hay algun modelo que te espera en la entrada?
NO
?El chofer intempestivamente va a salir antes de hora?
NO
Como es evidente hacer la fila interminable detras del fucking cartelito que dice "Pasajeros de Buquebus" es total y completamente INUTIL.
Luego de este pequeño y obvio razonamiento consideremos otro tipo de preguntas.
?De qué me sirve venir a las 1030 pm si mi bus sale a las 230 am?
Para que todo XXX se entere que me voy a Bs. As. y lo hago por buquebus
?Por qué pongo cara de embolada estando en la cola?
Porque evidentemente quiero mostrar que estoy haciendo esta fila involuntariamente, viniendo voluntariamente más de dos horas antes.
Después de hacer este pequeño ejercicio lógico inductivo espero que sigan el consejo que sigue.
CONSEJO: la próxima vez que viajen por la compañía antes mencionada ya saben se peude ir en el peor de los casos solamente media horita antes, como diría Alzira "NO ES NECESARION" hacer la fila unas horas antes.

nota: me disculpo por los signos de interrogación repetidos, mi teclado esta en huelga a esta hora :)

martes, 17 de mayo de 2011

Cinco (sigo con los cuentos cortos esta semana, la que viene prometo que vuelven los artículos :) )

Eran las tres de la tarde y Francisco aún no se había levantado, todo por culpa de una noche bastante divertida.
De no haber sido por eso, hubiera llegado a tiempo a la tan esperada entrevista laboral. Aquella que esperaba hacía tanto tiempo, quizá por que siempre fue muy despistado o porque en el fondo realmente no le interesaba ese trabajo, quién sabe.
Era en vano siquiera levantarse a esa hora de todos modos. Se le partía la cabeza y lo único que quería era tomar agua y volver a la cama, no tanto por la resaca sino porque nunca había nada en la heladera excepto la eterna jarra con agua fresca de la canilla, las veces que se reprochó esto, ese tipo de detalles decían mucho de una casa, le había dicho alguien. Claro, ese alguién tenía un buen trabajo y se podía dar el lujo de tener muchas cosas además del agua. A Francisco le parecía exquisitamente epicúreo aquello y hasta lo encontraba divertido,una manera de hacer dieta, que obviamente no necesitaba, se convenció a través del tiempo que la heladera estaba como estaba por elección y no por fuerza, este pensamiento lo calmaba bastante.
Mientras estaba inmerso en esos pensamientos de repente recordó algo.....
Un papel que tenía en la billetera, en la parte donde van las fotos, como no tenía la foto de nadie la usaba para guardar papeles, por alguna razón recordaba ese papel y que se lo habían regalado. ¿Qué era? Estaba seguro que era algún tipo de apuesta que un par de amigos le habían regalado al hacer ellos mismos otros trámites, cuando lo oyeron quejarse de su mala suerte le obsequiaban uno de estos juegos de azar convencidos de que algo iba a cambiar y la suerte iba a volver.
Era un numero de Cinco de oro, que por supuesto nunca jugaba porque estaba convencido de su espantosa suerte, la noche anterior había sido el sorteo pero nunca pensó siquiera en verlo.
Solamente por curiosidad encendió la computadora para fijarse en los resultados y ahí estaban cual gotitas de lluvia los cinco números, saco el papel de su billetera, lo desdobló y empezó a compararlos, pantalla papel, papel pantalla, ERA INCREIBLE, todos coincidían.
Ahí recordó todo, las imágenes le cayeron como si fuera una película.Su suerte había cambiado.
Anoche había ido a festejar eso..... que era millonario.

lunes, 16 de mayo de 2011

Sucedió una mañana (hago Sci-fi tambien)

Como de costumbre me desperté a una hora bastante decente, abrí los ojos, me desperecé a mis anchas y luego de meditarlo un poco… me levanté. Busqué ropa limpia y me fui a ducharme.

Parecía una mañana común y corriente, esas que pasan como aves en el horizonte, lindas pero prescindibles.

No sé por qué pero aún antes de despertar el sueño que estaba teniendo era extraño, tanto así que desperté sobresaltada sin saber por qué. De todas maneras no le di demasiada importancia.

Antes de desayunar encendí la televisión para ver qué había de nuevo y de paso ver si tenía que abrigarme o no.

Para mi asombro encontré algo estáticos a los conductores del primer programa mañanero que sintonicé, como no era el programa que siempre veo sin pensarlo dos veces lo cambié, este segundo intento no resulto mejor que el primero. Los conductores actuaban de manera extraña y demasiado fingida, algo que podría ser la dinámica diaria de estos programas pero al grado que lo habían llevado era demasiado.

¿Qué está pasando?, me pregunté. Tenía que encontrar algún denominador común para este comportamiento que se repetía a su vez en todos los canales.

Antes de aventurarme a conjeturar razoné, por qué me preocupaba algo tan trivial como la extrañeza con la que estaban actuando los conductores de los programas de la mañana, que si vamos al caso son todos horribles.

Simple, la razón por la cual encendí el televisor en primera instancia fue para enterarme lo que estaba pasando antes de salir a la calle, que pasaba si lo que estaba viendo en la pantalla era realmente un reflejo de lo que estaba pasando afuera y al salir me veía presa de esa aparente apatía que rayaba en lo sobre actuado. Tenía que averiguarlo, no podía salir sin antes develar esa interrogante. Pero cómo…

Se me ocurrió llamar a un amigo que era seguro estuviera levantado y como yo desayunando con la televisión ergo no había salido aún. Así lo hice y constate lo peor.

Quién me contestó no era él sino una imagen desvanecida y fría de su voz, de todas maneras lo interrogué fingiendo que estaba todo en orden y simulando una voz mono tónica averigüé que había salido, a comprar café.

Era un hecho, algo estaba pasando y no podía salir a ver qué era lo que estaba convirtiendo a todos en seres cuasi autistas.

Increíblemente todas esas series, historias, películas y libros sobre ataques zombies e invasiones extraterrestres habían servido para algo, de alguna manera me sentía preparada para afrontar lo que parecía ser una especie de invasión del estilo “Body Snatcher” pero que aún no sabía cuál era la vía de “contagio”. Este punto es vital para poder evitar y advertir a quienes aún estaban sin contaminar, aunque luego de tener esos datos no iba a parecer más creíble el llamado de advertencia, pero bueno de eso ya me podía ocupar luego.

Necesitaba visibilidad, cosa que viviendo en un apartamento interior no era factible, tenía que encontrar “ojos”.

Como buena hija del siglo en el que vivo usé cámaras web ubicadas en la ciudad que transmiten en tiempo real, pensar que cuando me comentaron sobre ellas pensé que eran totalmente inútiles (como dice el dicho:”la basura de unos es el oro de otros”)

Hice monitoreo de varios puntos de la ciudad y trate de extrapolarlos con diferentes puntos de la república, para ver si era algo nacional o sólo vernáculo.

Para mi asombró no solamente era nacional sino mundial. ¿Qué hacer? A quién llamar.

Todas estas preguntas me golpearon como un rayo y por extraño que parezca me di cuenta que tengo amigos que no encontrarían absurdo mi planteo, cosa que me hizo ver lo amplio de mi grupo de amistades además de darme cuenta que eran los más adecuados para ayudarme a dilucidar todo aquello.

De inmediato los llamé, para mi asombro y tranquilidad enseguida aceptaron mi teoría e incluso se aventuraron a plantear otras hipótesis.

Luego de empezar una teleconferencia empezamos la investigación, desde nuestras casas hasta saber si era seguro salir o si era seguro tomando qué precauciones.

Al ver varias zonas noté que la gente de traje parecía zombie, al menos tenían más gracia que de costumbre con esa postura de yuppies de los ochenta y los obreros de la construcción no, me costó un poco de tiempo vincular esto. Y ahí cayeron todas las fichas, ¿qué tenían en común los “ejecutivos” con mi amigo y los programas mañaneros que los obreros no ?

El café!

Ahora ya sabía que era seguro salir sólo no podía tomar café, otro paso era ver si era todo el café o solamente alguna marca en particular.

Advertí a todo el que quiso escuchar que no tomaran café, obviamente diciendo que provocaba gastroenterocolitis, cosa más creíble que el hecho de tener propiedades de convertirte en un ser autómata, en algunos no iba a haber diferencia pero en fin.

Usando al mate como único factor espabilante sobreviví al contagio junto con mis amigos y todo el que quiso escuchar.

Aún seguimos sin saber cuál fue el motivo y quién lo provocó, todo lo que sabemos es que nada es casual y el tiempo nos va a mostrar al real enemigo. Mientras tanto seguimos la corriente y nos mantenemos en guardia.

Viva la résistance!