lunes, 25 de abril de 2011

La fila del supermercado y el por qué de la ira de los que la hacen

Bueno, este es un tema que ha sido pocas veces abordado y la verdad no está bien que se esquive este "bulto".
Quién alguna vez no estuvo en la fila del super a la salida del trabajo y se topo con ese imbécil que pone cara de "apurate, quiero llegar a mi casa!" y alguna que otra cosita más también.Hello! Todos los que estamos en esa cola queremos llegar a rascarnos tranquilos en nuestras casas.
Cada vez que esto me pasa pienso: Pedazo de un PELOTUDO, si tanto apuro tenías por qué no saliste quince minutos antes o directamente obviás ese pote de requesón!!!, sinceramente me gustaría exteriorizarlo, pero seamos realistas, NO VA A PASAR, punto uno: porque no me interesa avivar giles y punto dos: porque lo que resultaría de eso me costaría el arreglo de alguna que otra góndola y una visita a La Española.
Personalmente, no importa lo apurada que este o lo inútil que parezca la cajera, JAMÁS me quejo ni pongo malas caras y tampoco hago comentarios ofensivos para con la misma (después de leer los artículos anteriores lo más probable es que no me crean pero es así :)), por qué se preguntaran. Fácil, porque ya de por sí odiaría tener que tratar con gente toooooooooodo el día y aún menos gente mal educada y quejosa, que entran al supermercado a comprar un chicle, cosa que OBVIAMENTE podrían haber hecho en el quisco de la esquina.
Entonces qué se puede hacer en estas situaciones, además de la obvia respuesta: NADA.
Como alternativa a esto y para que el mal humor y el imbecilismo no me invadan lo que hago, como en la mayoría de las situaciones embolantes es ver las caras y asociarlas con personajes o actores o animales (por qué no, si es muy larga la fila)
Haciendo esto fue que la semana pasada me encontré con Regina Duarte y Cacho Castaña.
Al ver a este dúo mi cerebro exploto con imágenes de “La Reina de la Chatarra” y su banda sonora, ni que hablar de tararear “El dueño de la bailanta” cada vez de que el falso Cacho recorría las góndolas de shampoo.
De esta manera la cola se me hizo cortísima y encima la cajera era la hija de Will Smith.

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