viernes, 1 de abril de 2011

Pedir comida cuando una tiene hambre

Esta es una práctica habitual y muy extendida entre la gente vaga u olvidadiza (eufemismo de vaga :)).
Qué tiene de malo se preguntarán, sencillo, el hecho de que después de haber estado unas cuatro horitas tomando mate/café y todo lo que tenga cafeína o símil el grado de hambre se incrementa de manera exponencial.
Luego de esto empiezan a verse los teléfonos de cuanta casa de comidas, rotiserías y demás haya en la vuelta, después de pensar el menú (que obviamente nos parece poco) le agregamos alguna ensalada o directamente todo lo que ibamso a pedir AGRANDADO.
Esperamos los quince o veinte minutos que dura el delivery en llegar (yo me pregunto, por qué carajo no le decimos repartidor no?), "muriendonos de hambre", si totalmente comparable a estar dos días sin comida como está pasando en Japón (nota de conciencia social del blog).
Volviendo al tema: llega la comida que pasamos a atacar con vehemencia y ya cuando vamos por la mitad del plato nos damos cuenta de nuestro error, ¡ya no damos más! Aún así, estoicamente seguimos dandole al diente con la excusa mental de "y bueno la tarde es larga", cosa que SABEMOS no es así porque a la tarde es muy probable que alguien vaya a comprar algo o una misma tenga alguna galletita suelta por ahí.
Una vez finalizada la épica ingesta terminamos queriendo ir a dormir una siesta magestuosa para ver si de esa manera baja un poco todo, pero ¿qué pasa?, ESTAMOS LABURANDO, ups detalle.
Y bueno un par de horas después ya estamos listas para algún que otro "tentenpié" :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario