lunes, 17 de enero de 2011

Con la prima Leti en la "Ramirez"

Como todos los 6 de enero (desde que reabrió el hipódromo de Maroñas) hay un premio de hípico muy importante, me atrevería a decir el más importante del año que se llama el Gran Premio José Pedro Ramírez, como soy demasiado pesada me puse a buscar quién fue este señor.
Según la Wikipedia fue un abogado,político, periodista y académico uruguayo. En fin como la wikipedia no dice algo mas politico sinceramente no se que pensar de este individuo, quizá era como Vargas Llosa, un excelente escritor pero como su propia esposa dice "solo es bueno para eso". En fin después de esta mini reflexión empiezo mi relato de la tarde/noche con mi prima leti :)
El premio Ramírez era a las 9:30, a las 9:15 seguíamos en el bus que nos llevaba a Maroñas.
Yo: "Leti son nueve y cuarto, no vamos a llegar"
Leti: "Tranqui llegamos"

Cómo pude dudar por algun minuto de que yendo con Leti no ibamos a llegar, sacrilegio!
En fin, ahí estabamos, el bus nos dejo en cualquier lado, osea del lado que no era la entrada principal por lo cual tuvimos que caminar unos diez minutos antes de llegar a destino.
Una vez allí y para mi asombro, resulta que había que sacar entrada, chaaaaaaaaaan!, me habia olvidado del sistema del año anterior y bueno compramos el más básico, claro esto fue después que un guardia de seguridad nos "iluminara" con el hecho de la obligatoriedad de presentar un ticket para ingresar a Maroñas.
Después del trámite nos dirigimos directo a la ventanilla de apuestas, donde por supuesto ya teniamos decididos quienes iban a ser nuestros "pingos". Aprendiendo la lección del año pasado decidí apostar a "place" lo que significa que el caballo elegido puede quedar entre los tres primeros, osea una apuesta medio "pecho frío", porque NO te jugás de lleno por un caballo, pero bueno me pareció más acertado que hacer lo del año pasado y perder :)
Y arrancó la "Gran Ramirez", emoción, expectativa, gritos de aliento al caballo (como si con eso fueramos a hacer algo) y al fin después de 2400m estaba ahí, final de foto, ganó mi caballo por media cabeza ,media menos que el tango.
Pero que emoción y ya en el estado eufórico fuimos derecho a apostar por la siguiente carrera, a la misma ventanilla cosa de no romper la cábala, por que el apostar aunque sea pocas veces tiene eso, hace que se te peguen esos pequeños detalles tan propios de los temerarios de la Diosa fortuna.
Volvimos a hacer lo mismo, apostar a "place", pero esta vez a diferentes caballos ambas, ya con algo más de tiempo pudimos ver a los equinos reposando en los boxes donde eran exhibidos, y qué puedo decir, que animales más lindos, aunque obvio los que me parecieronmejores eran los míos el 11 y el 10. Se apagaron todas las luces y de fondo, empezó a sonar Emil Montgomery, sí como lo leen, aquel "fenomeno" de los 90, al que nadie le avisó que cambiamos dos veces de década por lo cual nos miramos con Leti y decidimos ir en busca de algo de tomar.
Después de avituallarnos, bah si se le puede llamar vituallas a cigarros y cerveza, nos sentamos tranquilas para ver nuestra segunda y última carrera de la noche, de nuevo emoción, entusiasmo pero duro menos al ser una carrera mucho más corta.
Y quitándole todo dramatismo, ganó mi caballo.
En definitiva, mi excursión al hipódromo sólo hizo que recuperara el dinero apostado y un pelín más. Pero lo que más valió la pena fue todo el entorno y la emoción de las carreras en sí, la expectativa, la esperanza, LA TIMBA!

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