lunes, 27 de septiembre de 2010

Oda al analgesico (y por que no)

Oh, qué sería del mundo sin ellos
sin su cuasi milagroso efecto
sanadores silenciosos
de tan innumerables dolores.

Aún cuando sus efectos puedan ser placebos
a nadie le importa
ya que cual guerrero contra el dolor
aparecen siempre en nuestro socorro.

Oh analgésico amado,
que sales de tu cajita
y eres el mitigador de mis dolores,
no sé de cuantas maneras alabarte
para que sepas cuanto te aprecio.

Si pudiera hacerte mil odas
las haría aquí y ahora.
Por todas esos malestares
que te llevaste
cual ola de mar
lavando la orilla.

Mi Morfeo de los dolores
mi gladiador incansable,
mi trozo de alivio,
mi hálito de bienestar.

Eres todo eso
Y todo eso adoro,
cual néctar para la abeja,
eres tú para mi dolor.

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